viernes, 24 de septiembre de 2010

CUIDADO DEL REMOLQUE



Algunos propietarios solo utilizan el remolque de su semirrígida de forma muy esporádica y otros de manera frecuente, pero en todos los casos es necesario realizar un mantenimiento periódico, tanto para alargar su vida como para mantener la seguridad.

El remolque de una embarcación, al igual que nuestro propio coche, necesita para su buen funcionamiento realizar periódicos controles de su estado, reapretando tornillería y engrasando las partes móviles, prestando una atención especial a las presiones de los neumáticos, al estado de los rodamientos o a la eficacia del sistema de frenado, si lo hubiera.
Sobre esta base vamos a ofrecer algunos consejos básicos que nos permitirán llevar nuestro remolque con mayor seguridad, a pesar de que no deberíamos olvidar el hacer una revisión anual por medio del concesionario
autorizado de la marca que estemos utilizando... 
El enganche del coche

Diversos son los tipos de enganche que puede llevar nuestro coche, en muchos casos incluso desmontable. Independientemente del sistema, es necesario mantenerlo siempre en perfecto estado, sin oxido en la bola, controlando que la barra no se haya torcido con algún golpe, que los tornillos de anclaje estén bien sujetos y que el enchufe donde se coloca la piña de conexión para las luces funcione correctamente y no tenga cables pelados, que pudieran producir cortocircuitos. 


El cabezal del remolque

Es muy importante mantener siempre limpio y perfectamente engrasado el cabezal, pues será el nexo de unión con nuestro coche. Para ello comprobaremos, haciéndolo funcionar sin enganchar, que la recuperación del juego sobre la rotula es automática. En caso contrario debe repararse y mantener engrasado de forma adecuada. Cuando el cabezal está equipado de un dispositivo de freno por inercia, debido al peso del remolque, debemos tener en cuenta periódicamente, además:


1. Engrasar regularmente el eje de la palanca de freno
2. Controlar el buen retorno del amortiguador, una vez accionado el freno automático.
3. Ajustar la tensión correcta de la varilla de frenado y revisar su estado

Los ejes (con o sin freno)
Como así indica en el manual básico del remolque, por seguridad debemos evitar que al bajar la embarcación por la rampa, los ejes del remolque lleguen a estar nunca sumergidos bajo el agua, debido a que la oxidación de los ejes que realiza el agua, especialmente la salada, ocasiona una abrasión rápida de las juntas que permiten las infiltraciones del agua y que los casquillos y rodamientos puedan estropearse con mayor rapidez. Resulta útil a principio de temporada que para controlar su estado levantemos cada eje del remolque con un gato y hagamos girar las ruedas libremente para controlar que estas lo hacen sin ruidos, sin irregularidades, sin juego lateral sobre el eje y sin rozamientos sospechosos. En el caso de detectar alguna anomalía, debemos proceder de inmediato a desmontar, limpiar y remplazar la grasa (caso de los rodamientos sin anillos de protección) y, si lo necesita, (rodamientos oxidados o deteriorados) al cambio de los mismos.

Los frenos del remolque

Si su remolque esta equipado de frenos, estos tienen siempre que estar en perfecto estado, para lo que revisaremos sus componentes:

1. Los cables y sus fundas, la leva, las zapatas y los muelles son más sensibles a la oxidación que los rodamientos, por lo que toda inmersión en agua, especialmente salada, puede ocasionar un bloqueo rápido del sistema.Si cuando se acabe la temporada guardamos nuestro remolque en el garaje sin enjuagarlo ni hacer un mantenimiento serio, provocará que cuando volvamos a necesitarlo, nos encontremos con un bloqueo completo de las ruedas o una ausencia total de frenado. Algunos modelos de remolque cuentan, para ello con un sistema de conexión directa a una manguera de agua dulce al tambor del freno, de manera que se pueda aclarar y dejar secar, permitiendo incluso rociarlo después con algún tipo de spray antioxido.

2. El amortiguador del mando de freno, que une la barra central con el cabezal, tiene que funcionar suavemente y sin golpear,aunque con la dureza correspondiente.
3. La varilla que conecta el cabezal con los tambores de los frenos, tiene que realizar el recorrido adecuado a cada modelo de remolque. Una carrera demasiado grande ocasionará una destrucción prematura del amortiguador.

Un reglaje adecuado del equilibrado de ruedas

Entre cada rueda es necesario mantener un adecuado calado en altura del remolque. Para ello es recomendable encargar esta operación, si es posible mejor una vez por año, a un concesionario autorizado.

Revisar los neumáticos

Para rodar con seguridad, al igual que sucede con nuestro coche, debemos controlar periódicamente el estado y la presión de los neumáticos de nuestro remolque, incluido el de recambio. Preferiblemente esta tarea deberíamos realizarla cada vez que vayamos a emprender un transporte, pues es posible que el remolque haya estado un largo periodo inactivo y las ruedas no se encuentren en condiciones óptimas, ya sea por su presión como por la pérdida de dibujo o incluso por la aparición de grietas en el caucho.Es importante también tener cuenta el uso de llantas adecuadas para remolques, preparadas para cargas mayores en proporción a los diámetros de ruedas de los coches, por lo que no debe alternarse su uso en ningún caso.

Además, hay que tener cuidado en el momento de cambiar o incluso de comprar una rueda de recambio, para que esta sea del mismo tipo y medidas que el resto de neumáticos, manteniendo similares índices de carga y velocidad (cada neumático está diseñado para una velocidad y carga máximas).

Un detalle al que se presta poca atención es al estado de la llanta, sobre todo en los casos en que se suele sumergir parcialmente en el agua, puesto que toda inmersión ocasionará una oxidación rápida y en particular a la juntura de la llanta y de su aro de soporte del neumático, lastimando su unión, que a veces es difícil de detectar.

La señalización

Todos los remolques que pueden circular por carreteras deben ir debidamente señalizados con luces de posición que, debido a la cercanía del agua, pueden sufrir un mal funcionamiento, por lo que es necesario prestar una especial atención a su estado. Antes de cada transporte es recomendable verificar:


1. El buen funcionamiento de los elementos de señalización, como las luces de posición, intermitentes, luces de paro y luces deniebla, si las tuviera.
2. El estado de los contactos eléctricos, que al ser, generalmente, en latón o en cobre, son muy sensibles a la corrosión. Por ello tanto las bombillas y sus contactos deben mantenerse en buen estado de limpieza y engrasados con un spray antióxido. En este apartado es interesante comentar también los complementos de señalización no luminosos, como la placa específica de señalización (rallas blancas y rojas) que debemos colocar en la parte posterior de la embarcación si esta o una parte de ella (por ejemplo un motor fueraborda), sobresale por la parte posterior de los límites del remolque.

 En este sentido, la normativa contempla que el extremo de la carga no debe exceder nunca el perfil del remolque más de 3 metros (art.R-92), así como máximo 1 metro de la placa de luces (art.41/A.M del 18.07.58) que también lleva la matrícula. Por ello resulta tan útil regular la posición de esta placa de luces, alargando su distancia, en los modelos de remolque que cuentan con esta opción.

Otros elementos a tener en cuenta

El chasis del remolque puede estar realizado en diversos materiales, como aluminio, acero inoxidable o acero galvanizado al calor, siendo este último el más frecuente. Su uso en medios tan agresivos como el marino, con el contacto frecuente con la humedad, el salitre o la arena, puede limitar considerablemente el periodo de vida de un remolque, por lo que es recomendable su limpieza con agua dulce a presión, después de cada uso, especialmente si ha transitado cerca del agua o se ha sumergido en ella. También tendremos cuidado con los pernos, que debemos mantener apretados siempre, revisando periódicamente su estado. Si disponen de tuercas de seguridad, con anillo de nylon, debemos recordar que se deben sustituirlas después 2 a 3 ciclos de aflojamiento-apriete.

Sobre el cabestrante, que tienen algunos remolques para facilitar la subida de la embarcación al remolque, es necesario mantenerlo siempre limpio, sin oxido y adecuadamente engrasado, comprobando que el cable, cabo o cincha se enrolle de forma regular alrededor del tambor, para evitar enredos.

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